sábado, 4 de enero de 2014

El que tenga ojos que vea, y el que no, vaya a la misión milagro





Los pueblos de Nuestra América han sufrido la invasión de una seudocultura, cuyo único fin es la degradación de la identidad y con ello la dominación de nuestras vidas. Sumarse a ese discurso supéfluo, en el que se exaltan las apariencias y se omiten las esencias es sucumbir ante quienes han destruido lo mucho y nos dan migajas. El discurso perezoso de los que sueñan con la “vida fácil” solamente nos lleva a la desarticulación de la unidad de la familia y de la nación que fundamos, de la visión latinoamericana, profundamente humanista que caló al al pueblo venezolano porque viene de Bolívar y llegó hasta Chávez con la nitidez suficiente.

Días atrás, un antiguo pana de la cuadra, que me reprochaba ciertas cosas; asumía una actitud reaccionaria, poco humana de la que él no es el culpable, o por lo menos no él único culpable. El sistema capitalista devalúa a las personas, les convierte tontas/os útiles. El pana me preguntaba sobre mi quehacer a diario, y yo sin titubear, con una inmensa sonrisa le conteste, escribiendo hermano, escribiendo, y leyendo, todos los días. El con tono autocrático y de burla, intentó rematarme: “qué escribes, ¿cosas de amor? Sentí vergüenza ajena; en realidad el camarada no puede disfrutar como yo; no pudo disfrutar toda la nobleza, la ternura que se sentía al escuchar a ese gigante de la historia que fue Ernesto el Che Guevara, El mismo que dijo la célebre frase, “Un gran revolucionario está guiado de grandes sentimientos de amor”. Así fue Hugo Chávez, un hombre que solo aspiraba a darle todo su amor al pueblo, por eso el pueblo le devolvió esa savia hermosa, por eso cuando él hablaba la patria toda transpiraba su amor; porque como dicen el refrán popular, amor con amor se paga. 


Pero es que mi pana, es tan despistado que no logró darse cuenta “pequeñeces” como el amor, no logró darse cuenta de que un gesto de amor es un acto de fe, de crecimiento humano. Yo no le responderé con su mismo lenguaje; no diré más que palabras de un tiempo de amor. Por eso le cambié la conversación y pregunté, ¿qué opinión tienes del panorama político? Yo la veo en buen rumbo, me da gusto saber que en mi Barinas tenemos un candidato con una gran formación y excelente trayectoria en la política como Edgardo Ramírez. El comenzó a tartamudear las mismas lecciones de ayer y anteayer y siempre, no le faltaron chismes de caminos; pero aceptaba que el candidato de la revolución Edgardo Ramírez es un hombre inteligente y con una formación que le permite guiar a la gente de Barinas. Entonces me invadió una interrogante, ¿por qué nos caemos a coba si sabemos que el actual alcalde fue una persona que realizó su trabajo (no sin debilidades) y ahora los barineses necesitamos profundizar la gestión de nuestro municipio? ¿Por qué no nos damos cuenta de que EEUU se concentra en no permitir la gobernabilidad de los pueblos nobles y revolucionarios? ¿Es un verdadero revolucionario el que apoya a un candidato que esta mas allá que de acá? Si no comprendemos y leemos nuestro tiempo, nuestras coyunturas, estaremos traicionando a todos nuestros patriotas, nuestros principios revolucionarios y le dejamos el campo abierto a los fanáticos del noble premios de la guerra. Pero se equivocan si creen que vamos dejar que los frutos de la revolución serán devorados por las langostas de la MUD; porque yo no se tú; pero yo estoy claro de lo que quiero para mi país: una patria libre y soberana.