sábado, 4 de enero de 2014

El mejor trabajo del mundo






Mientras iba rumbo al trabajo, conversaba con un amigo; le mencionaba que en mis días de infante nunca había contado con el plan vacacional comunitario con el que ahora muchos niños cuentan. Quizás mi vida y la de muchos niños habría sido distinta; porque este es un entorno más humano, donde podemos  compartir y aprender, donde se crean valores espirituales y no valores de consumo; en los planes vacacionales, como debiera ser en todos los espacios y tiempos, se ponen de manifiesto la amistad, honestidad, solidaridad, el respeto, el compromiso con la naturaleza y con la patria, la grande. Si en el barrio de mi niñez, allá en MijaguaII, hubiese contado con la experiencia acogedora y gratificante que ahora disfrutan las niñas y los niños de la patria, quizás muchos de los que conocí no hubiesen sido solo noticias de de las lamentables y demasiado frecuentes páginas amarillas de la prensa local, misma que todavía exagera (tal vez con ello exalta) la violencia, los asesinatos, las víctimas de los ajustes de cuentas. La marginación social es el resultado de una historia de abuso de una minoría contra la mayoría, lo cual fue un hábito cuartorrepublicano; pero de ello nos desprenderemos definitivamente con el programa de la patrua; día a día el gobierno bolivariano suma proyectos de reconstrucción de la coherencia social, que será total cuando salvemos al planeta; pero para ello es urgente saber que hay que expropiar a esos pocos que dominan y sojuzgan a muchos; la única vía de salvación es el socialismo, como lo dijo el querido Comandante Hogo Chávez, en aquella consagración del frente Francisco de Miranda. Por la patria, por saber que ella no es solo una palabra abstracta, debemos asumir que la tarea del joven en socialismo es sumarse con disciplina a un proceso cuyas acciones actúan a corto, mediano y largo plazo y que en la mayoría de los casos hay que comenzar por la entrega; un joven no debe vivir de la historia, debe vivir para configurar la historia, para formar parte de las glorias que ha de construir. La revolución está todavía en tiempos de pubertad, es una sublime adolescente que camina, día a día, cada vez con mayor firmeza; y si solo en 14 años, ha logrado eliminar el analfabetismo, el hambre y otros tantos males, qué no podrá cuando logremos  la unidad necesaria. La revolución apenas comienza, le debemos la eternidad.Es culpa de Chávez diría una querida amiga. Es culpa de Chávez que los niños de hoy día, solo aquí en el estado Barinas, dispongan de la articulación de 453 Consejos Comunales y que en ellas “El V plan Vacacional Comunitario” haya atendido a más de 18 mil niños y niñas y 10 mil adolescentes. Lo mismo ha ocurrido en toda nuestra Venezuela; ellos han contado con el maravilloso beneficio de la recreación gratuita. Unos 980 jóvenes recreadores del Estado Barinas, trabajaron comprometidos con este proceso social. En este contexto histórico, cuando germinan los valores de la patria nueva, los jóvenes asumen un papel sumamente valioso. Y la culpa se la deben a Chávez, es culpa suya, el vivir bien ideado y puesto en marcha en el 2009, para el disfrute de los desposeídos, está en cada barrio o urbanización. En cada uno de los parques y canchas se amplifica con mayor ímpetu el legado de ese Chávez Nuestro. La niños y jóvenes contamos con el apoyo de los Consejos Comunales, debidamente bien organizados y con instituciones como IDENNA y la Fundación del Niño, entre otras. A esos sitios donde durante mucho tiempo fueron segregados, donde recibieron el desprecio desde siempre fueron mal llamados como la mano de obra de ellos y para ellos son todos estos privilegios brindados por el gobierno de Chávez, y su hijo Nicolás Maduro que son pueblo, quien a pesar de las circunstancias sobrevenidas nunca pensó en retroceder al contrario siempre avanzo como un blindado con la frente erguida mirando como el caballo blanco hacia el futuro, asumiendo con disciplina la orden amorosa designada, tan plena como la luna llena.