sábado, 4 de enero de 2014

El día del Diablo







“Nos han convertido, a esta asamblea, en un órgano meramente deliberativo sin ningún tipo de poder para impactar de la más mínima manera la realidad terrible que vive el mundo… Es por eso que Venezuela vuelve a proponer aquí hoy… que refundemos las Naciones Unidas…”; son las palabras de nuestro Comandante Hugo Chávez al pleno de la ONU, el 20 de septiembre de 2006; dando una clase magistral sobre la hegemonía imperialista.

El próximo mes se cumplirán siete años de este histórico discurso, que comenzó como un acto de promoción de la obra de uno de los intelectuales antisistema más importantes de la actualidad, sería interesante consultar las cifras de las ventas a las que se elevó “Hegemonía o supervivencia” de Noam Chomsky en los Estados Unidos; porque es la única razón que les importa al complejo militar-industrial-comunicacional: su propia opinión pública.

Basta consultar cualquier concepto de opinión pública para saber que es una construcción social conducida. Veamos: “la opinión pública es la tendencia o preferencia, real o estimulada, de una sociedad o de un individuo hacia hechos sociales que le reporten interés…”. No es un secreto para nadie que la conducta de gran parte de la sociedad norteamericana es el fruto podrido de una gran estructura de manipulación apoyada en los medios masivos de comunicación. Basta con ver cualquier película del lobby hollywoodense: banderas ondeando, guerras en nombre de la libertad, taxistas árabes extremistas, afrodescendientes asesinos, el mexicano mafioso, la fiesta de graduación, el dictador caribeño que gusta de un buen puro y por supuesto: sexo, drogas y rock and roll. Estereotipos para todas y todos.

Estereotipos de la muerte para la muerte.



Un imperio no es cualquier perro que se persigue la cola. Es un monstruo que se persigue así mismo en un laberinto lleno de trampas que olvidó cuando y porqué las puso. Basta con ver la historia y comprobar que se sepultan a sí mismos en la propia basura de su contracultura; no es casualidad que sean uno de los territorios con mayor gente obesa del mundo gracias a sus transnacionales de comida rápida: go home, dijeron los bolivianos, menos mal.

Un ejemplo que deberíamos seguir.

Las amenazas imperiales de invadir Siria nos remontan a la propuesta hecha por Chávez: hay que refundar las Naciones Unidas. A partir de este próximo 20 de septiembre deberíamos conmemorar el día del diablo. El diablo que todos tenemos en casa, encarnado en el imperialismo y el fascismo injertado. Recordar que no sólo los que tienen voz y voto son los pueblos que la conforman en la personalidad de sus representantes, voceros y voceras, en el cuerpo de sus presidentes, primeros ministros y demás personalidades, sino en la capacidad de movilización de una coherente opinión pública, que apueste a lo humano, a la paz. Un activismo consciente de la cruda realidad que vive el mundo: una realidad de guerra y muerte que es el contrario al de la vida  que apuestan los pueblos de Nuestra América y otras partes del mundo.


Nunca olvidar la frase del Compañero Fidel frente a un grupo de importantes intelectuales en febrero de 2012: ¡Nuestro deber es luchar!