sábado, 11 de enero de 2014

Trabajo, Chamba, Mitra



Cada día millones de mujeres y hombres se levantan de sus camas para vender su fuerza de trabajo a un burgués, salen muy temprano de sus casas para evitar el tráfico, para llegar temprano a sus respectivos puestos de trabajos que casi siempre son mal pagados y, solo enriquecen al distinguido(a) dueño(a) de la empresa. El trabajo en la sociedad capitalista dejo de ser una acción creativa, liberadora y beneficiaria para el buen vivir del pueblo; por el contrario se ha convertido en una rutina agobiante que se hace por la necesidad de sobrevivir, por el miedo de quedar desempleado y no poder pagar la comida de los hijos, el transporte escolar, la electricidad o la deuda al cotero ¿Casi nada verdad? Hasta ese punto se ha deformado el trabajo, a una mera acción de sobrevivencia individual, la subsistencia del más servil; los trabajadores intelectuales no escapan a este flagelo, muchos de ellos venden su alma al diablo por un puesto de profesor universitario, por la publicación de un libro, por un quince y último indecente en la mayoría de los casos. 

En la sociedad capitalista el trabajo ha sido tan deformado que lo han convertido en una acción que nos divide, nos pone a competir entre nosotros, para cuidar los puestos de trabajo; algunos obreros se dan puñaladas en la espalda que solo benefician al dueño(a) de la empresa donde se consumen sus vidas sin darse cuenta. La lucha sindicalista por un sueldo justo y por beneficios no económicos se encuentra envenenada por la ideología capitalista, se lucha por un aumento del 30, 40 ó 50% más del salario que perciben (que no está nada mal), pero no se discute el impacto ecológico de la producción de la empresa en el contrato colectivo, no se negocian beneficios no económicos como espacios para formación intelectual de los obreros y obreras dentro de las fábricas que son necesarios para la vida, al igual que una buena arepa con queso, mantequilla y una taza de café caliente. 


¿Quién produce la riqueza a través del trabajo? ¿Quién vive mejor el burgués dueño de la fábrica o el obrero que trabaja en ella? ¿Quién puede irse de vacaciones cuando le venga en gana, el obrero o el burgués? El obrero sobrevive con la mayor estafa que le han podido hacer, el sueldo mínimo, que solo alcanza para cubrir las necesidades básicas y no en todos los casos, porque un obrero que tenga 3 ó 4 hijos y, además de eso estén en edad de ir a la escuela debe hacer magia para estirar el sueldo. El burgués que no mueve un dedo en la fábrica es el que vive en una mansión, que tiene apartamento en la playa, que tiene una colección de autos de lujo en el garaje de su mansión y que además especula con los precios de los productos hechos con mano obrera, él es quien gana 1000, hasta 10.000 o un 1.000.000 de veces más que el padre o madre de familia que deja su existencia parada frente a una máquina.

Humildemente creo que el trabajo debe ser algo así:

· El trabajo no debe ser una acción rutinaria que asesine la creatividad y convierta al obrero en un robot que solo viva para comer, trabajar, gastar el sueldo en falsas necesidades inoculadas por los medios de masas capitalistas y dormir para volver a su rutina de esclavo al día siguiente.

· El trabajo tiene que dejar de hacerse con el fin de sobrevivir mi familia y yo, tiene que volver a ser una acción colectiva por y para el bienestar de todos por igual.

· El trabajo debe estar estrechamente ligado con la madre tierra, no solo para generar riquezas para nuestra generación; es que a través del trabajo consciente se debe mantener un equilibrio entre lo que podemos producir para no asesinar nuestro planeta y nuestras verdaderas necesidades de vida y la de nuestros nietos y bisnietos.

· El fruto del trabajo debe beneficiar al trabajador, no al burgués que no mueve un dedo para crear las condiciones necesarias para vida en el planeta.