martes, 3 de septiembre de 2013

Nuestro tiempo





En estos días de intensa reflexión del trabajo que hacemos a diario, pensé que muchas veces nos impacientamos y vemos que todos los días es los lunes de José Arcadio Buendía en Cien Años de Soledad, esa novela obligatoria del bachillerato. Él, que un día despertó y a falta de Úrsula, impulso de la voluntad de ese personaje de Gabriel García Márquez, empezó a ver su entorno y comentar que el árbol, la casa y el cielo le parecía igual que el día anterior, llegando a la conclusión que era el mismo día. Así fue toda la semana diciendo que todavía era lunes, hasta terminar atado en el patio solo y loco mucho tiempo, quedando perdido en el lunes eterno con Prudencio Aguilar.

Muchas veces nos enfrascamos en observar nuestra revolución como si pareciera insuficiente, como si fuera lunes todavía. Nuestro tiempo no puede ser medido con cualquier reloj ni calendario. Debe ser más bien medido por los eventos históricos de los que somos protagonistas. Como decir que tenemos 14 años en el gobierno, pero que allí está contenida la lucha de 500 años de resistencia o quién sabe si más. Cada uno de nosotros tiene un tiempo histórico, transformador, entonces nuestra “guerra de los pueblos” como diría Fabricio Ojeda hablando de la lucha diaria y cotidiana no debe ser medida con cualquier objeto.

Desde hace casi 4 años que tengo en la conversa diaria de la política me ha hecho identificar la edad de las cosas que me rodean, y ya no es 2009, sino 1492 y 2013 al mismo tiempo ¿El eterno retorno quizás? Y pensar en eso me hace reflexionar en el hecho de que cada una de mis acciones se corresponde a vientos históricos que me trascienden, crecer en el árbol de los juntos debe ser asumido como eso.


Paciencia y reflexión en cada una de nuestras experiencias nos hará pensar en todos los días, y no solo el lunes en el que nos perdemos para no hacer.