viernes, 19 de diciembre de 2014

Apuntes sobre la violencia impuesta

Tremenda contribución bibliográfica

1

En un puesto de libreros reposa “La historia de la pistola”. En casi todos los diarios titulares de asesinatos como prioridad informativa. Las cifras de asesinatos en los noticieros son dichas con un acento, retórica y oratoria cercana al placer. No serán los medios de comunicación quienes tienen la responsabilidad absoluta de la violencia criminal en el país (en el mundo), pero un alto porcentaje de la culpa reposa en su fetiche de mostrarnos necrofílicos y medievales.

2
¿Cuántas muertes violentas se pueden presenciar en una sola película de acción del complejo cinematográfico del gran capital? ¿Cuántas violaciones? ¿Cuántas formas para denigrar lo humano? ¿Cuántas expresiones de rascismo, misoginia y homofobia? ¿Cuántas torturas? ¿Cuántas violaciones a los derechos humanos? ¿Cuántos femicidios, parricidios, fratricidios? Es difícil precisar y fácil sorprenderse: hay géneros para cada uno, es decir, productores que se encargan de construir todo un sistema de "valores" y reproducción de la agresión.

3
La violencia también es mercancía. Y hay muchos dispuestos a pagar por ella.

4
No basta con un complejo militar industrial, no basta con imperios genocidas, también es necesario el regodeo ante la capacidad de destrucción, el recordatorio insistente en documentales y cuanto análisis de carácter internacional de la capacidad bélica de las potencias.

5
La violencia también es moneda. Hay muchos dispuestos a dejarse comprar.

6
También hay violencia imperceptible, inoculada con el miedo que es otro tipo de violencia.

7
Las noticias diarias son apenas un saldo, la punta del iceberg del problema. Sólo se habla de la capacidad y formas de reprimir el efecto de una causa, no se habla de quiénes han llevado a que esa realidad se haya construido.