UNO
En abril de 2013 en pleno desarrollo del golpe de
estado, cuando se manifestaba la “arrechera” de laboratorio estimulada por el
entonces candidato perdedor Enrique Capriles, Luis Bilbao, periodista y
destacado analista internacional, compartiría un texto bastante interesante en
donde exponía la expresión del fascismo en nuestro país, señalando a quien se
encontraba detrás de lo que denominó un ensayo fascista; dicho en palabras
textuales “Estados Unidos ensaya un nuevo camino para derrotar la Revolución
Bolivariana: la conformación de un movimiento fascista clásico” [0].
DOS
Entre tantas frases reveladoras encontramos
también “es aquí donde se plantea el cruce de caminos para saber si el fascismo
injertado brota o no en Venezuela; es decir, si la contrarrevolución puede o no
contar con base social organizada para chocar de frente con la Revolución”; las
palabras, la frase clave en este análisis está en la tesis del fascismo
injertado, es decir, una expresión que no es propia de nuestra población, que
intenta imponérsele a un componente social disociado; así como estamos viviendo
el ensayo del fascismo injertado, también estamos presenciando desde hace
algunos años en diferentes partes del país, sobre todo en los estados
fronterizos y en sectores de la ciudad capital una suerte de paramilitarismo
injertado; vale recordar qué es injerto: es un método en donde tomamos tejido
vivo de un cuerpo para añadirlo a otro y que ambos se desarrollen como si
fuesen un mismo organismo.
TRES
Las prácticas realizadas en las guarimbas emulan
a las llamadas revoluciones de colores, evocan el desastre ucraniano. Las
declaraciones de Lorent Gómez Saleh y las operaciones en las que está vinculado
tanto como orquestador y protagonista forman parte de una forma que no obedece
al modo en que acciona y han accionado los sectores moderados de derecha en
nuestro país; hace un par de días a través de su cuenta twitter, el escritor y
analista político Federico Ruíz Tirado comentaría a propósito del asesinato del
joven diputado Robert Serra y María Herrera “Siniestra, macabra, la muerte
llega al BARRIO. La tipología del crimen, es la del asesinato ritual ¿Cuál es
el metalenguaje de los asesinos?”; es decir, no basta ser un especialista en criminología
para determinar que la forma en que fue ejecutado el asesinato no obedece a
métodos conocidos o que podamos identificar en el actuar del “criminal
criollo”: estamos presenciando las prácticas paramilitares y del narcotráfico
en Colombia, viva manifestación del injerto paramilitar en desarrollo, con sus
ejecutores identificados: Álvaro Uribe y todo el tejido criminal presente en la
región aupado y financiado por Estados Unidos y la derecha venezolana más
radical, no en vano el expresidente colombiano hoy Secretario General de
UNASUR, Ernesto Samper, declararía que el asesinato del diputado es una
“preocupante infiltración del paramilitarismo colombiano” en Venezuela [1].
CUATRO
El experimento del paramilitarismo en nuestro país no es nuevo, no olvidemos el caso de la finca Daktari que cumplió diez años en mayo, tampoco es casualidad que las fuerzas policiales del municipio Baruta fuesen custodios de dicho espacio mientras Enrique Capriles ejercía funciones de alcalde en dicho municipio; es decir, el injerto tiene rato intentando “pegar”, con los mismos protagonistas de siempre [2].
CINCO
No sólo los analistas tienen sus tesis, el poder popular también tiene la suya, el día posterior al asesinato de Robert Serra se podía escuchar entre los camaradas “mire compa, ellos van así: uno de arriba y otro de abajo, hace tres días mataron a Daniel Yahir Valdéz, le decían el niño, un compa que además de ser escolta del concejal de Caracas William Contreras (PSUV), hacía una chamba seria en la radio comunitaria La Voz de Casalta, en Casalta 3, y ahora mire lo de Robert, tampoco hay que olvidar lo de Juancho, después de denunciar que los paramilitares se estaban infiltrando en nuestras comunidades lo matan en la guarimba”; tampoco es casualidad ambos móviles, a uno lo acribillaron sin avisar mientras se desplazaba en su moto, al otro en el laboratorio fascista [3].
SEIS
Insisten la tesis de los compas en la calle “nosotros logramos capturar al bandido de Lorent Saleh que es de sus dizque mejores cuadros, ahora ellos nos matan a uno de los nuestros, entre los mejores, ojo por ojo: uno vanguardia de la muerte, el otro vanguardia de la vida”.
SIETE
Es necesario estudiar el paramilitarismo como
expresión de la ultraderecha colombiana, cómo se ha infiltrado en nuestro
territorio con mercenarios locales, cómo funciona, qué hace, de dónde viene,
quién la financia, identificar la amenaza paramilitar. Así como se ha
denunciado la manifestación del fascismo hay que abrir cancha y generar
reflexión para identificar en todos los espacios el peligro que se desarrolla
en las entrañas de nuestra propia sociedad, en donde se corre el riesgo
de instalarse una expresión y práctica criminal monstruosa que tanto daño ha
hecho y sigue haciendo al pueblo colombiano.
El diablo está en casa, diría el Comandante
Chávez, de nosotros queda arrancar al injerto.
[0] Luis Bilbao: Ensayo fascista
[1] Samper: Paramilitares mataron a diputado
[2] Descargar y leer para más detalles: La
invasión paramilitar – operación Daktari
[3] Acribillaron a un asistente de concejal
del PSUV