martes, 14 de julio de 2015

Los necios


Un mañana de julio mientras estaba de camino a la sede principal del SAIME de Barinas, en busca de un pasaporte provisional para un viaje que está planificado al caimancito herido, la isla de Cuba -sueño de revolucionarios-, mientras me trasladaba en el autobús, miré desde lejos un pequeño quiosco al otro lado de la calle. Me encontré con un hombre que vendía empanadas y llevaba consigo una gorra del Che, entonces, como aguacero que se cierne sobre el mundo, pensé en aquellos héroes anónimos de lo cotidiano que no figuran en la historia universal, ni en las camisetas de los clubes deportivos, ni en la televisión, los que despiertan junto al sol, incapaces de canjear sus ideales, que renacen cada día para librar una batalla nueva, afrontando las dificultades con el pecho abierto

Si hablamos de dificultades: 

¿Cómo no afrontar la guerra económica declarada al pueblo, en donde no se refleja más que la confrontación de una clase parasitaria sobre otra que lucha por el bien de todas y todos? 

En una sociedad como esta -en procesos de transición-, con la presencia, por un lado de la burguesía parásita que se niega a desaparecer y en la que su sistema hegemónico de dominación que es el capitalismo se encuentra en una crisis estructural mundial, negándose a desaparecer, y del otro lado la clase de los trabajadores, campesinos, y demás sectores conscientes de su tarea y papel histórico, que luchan por la instauración de un modelo equitativo, donde se respeten las cualidades humanas, que niega la propiedad privada sobre la colectiva, que garantiza una justa distribución y la eliminación de la división de trabajo; Única forma en la que seremos capaces de salvar nuestra humanidad, el socialismo. 



En la lucha campal que se libra en las calles, los métodos de ataque del enemigo, se han desarrollado, nos disparan todos los días, nos bombardean todos los días, pero no con material bélico, sino con la ideología dominante: desinformación, rumores que se inoculan de forma inconsciente en el pueblo al que intentan nuevamente engañar, manipular y desorganizar. Ante todo esto seguimos con interrogantes: ¿Qué tipo de lucha es la que se libra en nuestra patria?.

La lucha que hoy libramos es una lucha moral; el teólogo brasilero Frei Betto nos dice en sus concejos para los militantes de izquierda: SEA(N) RIGUROSO(S) EN LA ÉTICA DE LA MILITANCIA. La izquierda actúa por principios. La derecha por intereses. Un militante de izquierda puede perderlo todo, la libertad, el empleo, la vida. Menos la moral. Al desmoralizarse, desmoraliza la causa que defiende y representa. Le presta un inestimable servicio a la derecha.

El verdadero militante - como Jesús, Gandhi, Che Guevara - es un servidor, dispuesto a dar la propia vida para que otros tengan vida. No se siente humillado por no estar en el poder, u orgulloso al estar. Él no se confunde con la función que ocupa.


Ante la adversidad el militante de izquierda debe mantener viva la indignación, debe saber identificar y contrarrestar el teatro de operaciones que está siendo aplicado a nuestra nación, en un ataque sistémico a los productos básicos del venezolano, a la mujer como entidad transformadora y guardianas de nuestra revolución, reconocer los saboteos y la tergiversación de los medios de desinformación, debemos como militantes del partido del hombre estimular nuestra necedad con más pasión patria, con más disciplina y organización, con más conciencia de clase, abiertos siempre a escuchar al otro, con una visión crítica pero jamás negociar nuestros principios, en nuestra cotidianidad estamos obligados a ser necios; a ser necios y exigir una existencia más justa que no esté regida por la mercantilización ni el consumo excesivo sino por el amor a la humanidad, por el crecimiento colectivo, por la creación de nuevos patrones de conducta que hagan viable la construcción de la cultura de la sociedad socialista.

Unidad y fuerza colectiva. Venceremos en esta arremetida de chacales.