¿Cuál es el mejor regalo que pueden traernos los
amigos después de un viaje fuera de nuestras fronteras? Cada quien tendrá su
mejor respuesta, acorde por supuesto a sus gustos e intereses. Una amiga fue a
Cuba y en vez de traerme el religioso Havana Club que se les ha ocurrido a
otros compañeros que han visitado la isla, recibí de regalo un libro tituladoApuntes
filosóficos, un trabajo realizado por la editorial cubana
Ciencias Sociales, en donde firman Fernando Martínez Heredia como prologista y
María del Carmen Ariet García como compiladora; se hace más simpático el
souvenir al registrar el nombre del autor: Ernesto Che Guevara.
Aunque son numerosos los textos del y sobre el
Che, archireconocidas las anécdotas de Orlando Borrego y las investigaciones de
Néstor Kohan y otros escritores que han dedicado parte de su obra a
sistematizar y recopilar las diferentes expresiones de la vida de Ernesto
Guevara como pensador, crítico de la economía, ideólogo y combatiente, todavía
existe material que al salir a la luz nos sigue asombrando por su capacidad de
trabajo y voluntad de hacer.
¿De qué va este material? Son apuntes, como bien describe
su título y comentarios críticos sobre lecturas realizadas en distintas etapas
de su vida, con un registro muy detallado de la bibliografía consultada, para
reiterar esas interrogantes de ¿en qué tiempo tienes para el estudio mientras
recorres casi a pie América Latina? ¿En qué tiempo escribes, lees y reflexionas
mientras dirijes una revolución en pleno desarrollo? ¿En qué momento
desarrollas una crítica a la economía soviética con la responsabilidad
gerencial del alto nivel administrativo de una nación?
Es Ernesto Guevara un referente ineludible de
valores a imitar, sumándose al cúmulo de pensadores y pensadoras que en medio
de privaciones materiales han logrado importantes aportes al acervo del
conocimiento a través de la producción intelectual y su práctica, basta con
asomarnos al contenido de sus diarios y cuadernos de lectura en Bolivia;
escribir la revolución mientras ocurre, mientras se hace, registrar la
historia, cuestionar y filosofar los acontecimientos en pleno desarrollo.
Cada militante de la causa por lo siempre nuevo
de una revolución tiene la misma capacidad de estos grandes personajes de la
historia, por el simple hecho de que somos hombres y mujeres igual que ellos,
sin ánimos de parecer un lugar común: está más que demostrado que nadie nace
con capacidades superiores, lo que si define profundamente es la actitud y
tenacidad con que asumimos nuestras acciones, cuando el compromiso está
íntimamente ligado al fortalecimiento de nuestra moral y al estar totalmente
convencidos de la necesidad de subvertirnos en el día a día, comprendiendo que
una revolución se basa precisamente en eso: en transformar transformándonos.
Hagamos de ese hermoso lema de los pioneros una voluntad colectiva; ser como el
Che para reivindicar su entrega y abnegación, que sin duda influenció al
Comandante Chávez, que sin duda es el horizonte estratégico que persigue
nuestro Presidente Obrero Nicolás Maduro.
Seamos
como él.